Adelantamientos bruscos, acoso al conductor de delante, ráfagas de luces, toques de claxon (pito), insultos, gestos con las manos… ¿por qué somos agresivos al volante?
Hay varias razones por las cuales algunos conductores pueden mostrar comportamientos agresivos al conducir. Estas son las principales:
- Frustración y estrés: El tráfico congestionado, los retrasos, los comportamientos imprudentes de otros conductores y las situaciones que requieren una mayor atención pueden generar frustración y estrés en los conductores.
- Anonimato y despersonalización: Al estar detrás del volante, algunas personas sienten que están relativamente protegidas y pueden actuar de manera más impulsiva y agresiva de lo que lo harían en otras situaciones sociales. El anonimato y la despersonalización pueden aumentar la probabilidad de comportamientos agresivos.
- Competencia y territorialidad: Algunos conductores pueden percibir la carretera como su territorio personal y pueden reaccionar de manera agresiva cuando sienten que su espacio es invadido o amenazado por otros conductores. Esto puede manifestarse en acciones como bloquear el paso, adelantar de manera peligrosa o responder de manera confrontativa a situaciones de tráfico.
- Impaciencia: En la cultura actual, se valora la eficiencia y la velocidad. Muchos conductores tienen prisa y se sienten impacientes cuando otros conductores parecen obstaculizar su progreso. Esto puede llevar a comportamientos agresivos, como seguir de cerca al vehículo delante, cambiar de carril constantemente o hacer maniobras arriesgadas.
- Actitudes negativas y falta de empatía: Algunos conductores tienen actitudes negativas hacia los demás en la carretera y carecen de empatía hacia los demás usuarios de la vía. Estas actitudes pueden manifestarse en conductas agresivas, como insultar, hacer gestos obscenos, cortar el paso o bloquear intencionalmente a otros conductores.
Es importante destacar que no todos los conductores son agresivos, y muchos respetan las normas de tráfico y actúan de manera cortés. Sin embargo, aquellos que muestran comportamientos agresivos pueden poner en peligro la seguridad vial y es fundamental fomentar una cultura de conducción responsable y respetuosa.
RECOMENDACIONES PARA REDUCIR LA AGRESIVIDAD
Para empezar, habría que preparar el viaje, previendo posibles problemas de tránsito e incidencias. Si no puedes llegar a tiempo a una cita, llama y avisa. Y si acaba de tener una fuerte discusión, evita coger el coche inmediatamente.
Cuando vas conduciendo, la respiración es fundamental. Si ves que estás irritado, respira profundamente varias veces.
Si la agresividad se debe a una discusión en el interior del coche, para la disputa y aplázala. Si se debe a los niños, detén el coche en un lugar seguro y trata de calmarlos.
Si se debe a un tercer conductor, lo mejor es ignorarlo. Piensa que la mejor forma de hacer sentir “fuera de juego» a un agresivo es no hacerle caso.